LA CASA DE LOS NÓMADAS



Uno de los aspectos más interesantes de la cultura tradicional extremeña es, sin duda, la trashumancia.
La Trashumancia ha llegado a firmar parte de la esencia étnica y antropológica de un pueblo que ha hecho, a través de los siglos, del pastoreo, del viaje, ley de vida.
La Trashumancia entronca con lo telúrico y lo atávico y se presenta en la actualidad como un cántico a la naturaleza y a las formas libres de marcar un territorio. Un territorio que a veces no es sino mental.
Al igual que los dólmenes o el carnaval hurdano, forma parte de la memoria colectiva de los extremeños, memoria que no borra la alta tecnología, memoria que permanece inmóvil a pesar de estar en continuo movimiento.








De este viaje nace LA CASA DE LOS NÓMADAS.
Una idea que propone en tres unidades un acercamiento a esa cultura itinerante, un homenaje a una "forma extraña” de vida.
Una idea que tiene que ver con el espíritu sonoro de las diversas geografías donde lo pastoril ha formado parte de la cotidianeidad.

LA CASA DE LOS NÓMADAS propone llevar a cabo una acción musical, un concierto móvil, cuyo escenario son las propias calles de la localidad y una plataforma sobre ruedas, a lomos de la cual se va ejecutando una partitura compuesta por Rades en el Tintinábulo Lusitano, una hermosísima escultura musical a modo de carillón de cencerros, diseñada por los hermanos Manuel y Ramón Castuera.